Poesía
En memoria de Aranzazu Díaz Urrestarazu
Cierto es, que el final de tierra firme,
un velero atracado en la bahía está
y ante sí, todo un inmenso mar,
que llama, que susurra, velero vente ya.
Velero suspira, y manda a desplegar
sus dos velas, para echarse a la mar
la brisa marina las velas acaricia
y empuja avelero a partir a la mar
cruzando la bahía, se adentra en la mar
sin mirar tierra firme, sin mirar atrás.
Delfines, gaviotas, ballenas abren paso
a velero en su caminar en la mar
y con nostalgia mira hacia atrás
tierra firme allí estás.
La mar vieja sabionda, cantos de sirena
manda realizar, para velero retomar
su camino en la mar, sin mirar atrás,
Adios, adios tierra firme, ya no hay
vuelta atrás, otro mar canta para
velero nada más y su nostalgia mitigar.
La Rusa Creative
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